La digitalización se ha convertido en un proceso tecnológico que está impactando fuertemente los servicios financieros, desde la experiencia del cliente hasta la eficiencia operativa; de los medios de pago a la gestión de créditos, seguros e inversiones, siendo impulsado por dos factores clave: las preferencias de los nuevos usuarios, quienes esperan un servicio digital omnicanal, y la competencia de las entidades del mercado que identifican la disrupción online como un diferenciador de alto valor, de acuerdo con la investigación “Digital Banking Maturity” de la firma consultora Deloitte.
Tendencias tecnológicas en el sistema bancario
“Detrás de estos fenómenos se encuentran grandes avances tecnológicos a nivel global, los cuales están transformando modelos de negocio tradicionales en el sector. Tan sólo en México, en el último año el ecosistema Fintech ha crecido 18%, con operaciones que sumaron los 68,409 millones de pesos y con 4.7 millones de usuarios. Esta tendencia tendrá un impacto aún mayor en 2020”, asegura Ángel Sahagún, CEO y fundador de albo, el challenger bank líder de México que facilita la vida de las personas mediante el uso inteligente de sus finanzas.
Con esto en mente, Sahagún comparte 3 de las principales tendencias que seguirán impactando en 2020 como parte de la evolución tecnológica de las entidades financieras:
- Fortalecimiento del ecosistema Fintech
El 2019 se cumplió un año de la entrada en vigor de la ley para la regulación de las empresas de tecnología financiera (Fintech) en el país, siendo además la primera de su tipo en Latinoamérica. En septiembre se concretó la solicitud de autorizaciones por parte de las startups de este sector ante las autoridades correspondientes, lo cual da paso a una nueva era para que el ecosistema refuerce su presencia y diversidad.
Los segmentos más beneficiados serán aquellos que ofrecen servicios enfocados en banca digital, Gestión de préstamos, Pagos y remesas, Gestión de Finanzas Empresariales (EFM), Gestión de Finanzas Personales (PFM), Tecnologías Empresariales para Instituciones Financieras (ETFI), Crowdfunding y Seguros, los cuales actualmente se consideran como los de mayor impacto.
2. Banca cognitiva (chatbots)
Este modelo basado en IA es una de las tecnologías exponenciales más importantes de los servicios financieros, los cuales pueden hacerse más eficientes a partir de la automatización que permiten los chatbots inteligentes. Basados en el análisis de datos, los bots mejoran el proceso en la toma de decisiones, la interacción 24/7 con los usuarios, así como en la oferta de nuevos productos que respondan a sus necesidades; todo a gran escala y en tiempo real.
De hecho, para 2020 la banca cognitiva será uno de los principales impulsores para la inversión en IA. En este sentido, Gartner prevé que el próximo año el 25% de las operaciones de servicio al cliente integrarán un chatbot o asistente virtual en sus canales.
3. Blockchain
El informe “Financial services technology 2020 and beyond: embracing disruption” de la consultora PwC indica que esta tecnología se convertirá en una parte integral de las operaciones de las instituciones financieras. Aunque si bien por ahora su uso ha sido más popular en las criptomonedas como el bitcoin, el Blockchain ofrece dos principales ventajas: por un lado la posibilidad de reducir considerablemente el costo de infraestructuras así como de las plataformas internas de las organizaciones.
En segunda instancia sus aplicaciones son prácticamente ilimitadas, desde hacer transacciones de capital directas y sin intermediarios, hasta la automatización de procesos y el uso de smart contracts (contratos inteligentes).
“Sin duda, nos encontramos en un gran momento para las iniciativas digitales financieras, las cuales tendrán en 2020 un rango de acción mayor en áreas de oportunidad que son generalmente difíciles de atender en el sector. Lo cual se traduce en un gran reto donde la innovación será el factor clave para mejorar nuestros servicios así como las experiencias de los usuarios y a su vez ayudar a impulsar el crecimiento económico del país”, concluye Ángel Sahagún.