El llegar a Marte ya no solo parece un deseo lejano, prácticamente es una realidad, los científicos de la NASA unen sus fuerzas por identificar todas las problemáticas antes de enviar a los primeros astronautas al planeta rojo, lo cual se tiene previsto sea entre el periodo comprendido entre el 2022 al 2030.
Sin embargo la NASA ha publicado una de las principales dificultades de enviar astronautas a Marte, se trata de la radiación. Tal y como informaron en un reporte, los astronautas que viajen hacia y desde Marte serían bombardeados con tanta radiación cósmica que equivaldría a que se sometieran a una tomografía computarizada completa una vez por semana durante un año.
Esa dosis es suficiente para aumentar el riesgo de cáncer en un 3%, pero los expertos advierten que hay muchas incertidumbres sobre los efectos del entorno espacial en el cuerpo.
Dicha radiación es proveniente de los rayos cósmicos de alta energía arrojados por explosiones de supernovas distantes, así como estallidos esporádicos de partículas cargadas que lanza el Sol. El campo magnético de la Tierra ayuda a desviar mucha de esa radiación perjudicial.
Actualmente los datos más certeros sobre el efecto de la radiación para los futuros viajes a Marte, provienen de los cálculos de la misión Curiosity de la NASA. Pues durante el viaje del rover lanzado en 2011, tomó lecturas de radiación durante sus ocho meses y medio de viaje a Marte.
A partir de esos datos, los científicos calcularon la exposición a la radiación de un viajero espacial para un “viaje rápido” de seis meses en una nave similar blindada. Concluyeron que en un recorrido de ida y vuelta, el cuerpo de cada uno absorbería alrededor de 662 milisieverts.
Además, cabe señalar que dicho cálculo de radiación sólo es para ir y volver, por lo que no está considerado el tiempo que un astronauta pasaría en la superficie marciana.
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