El predial es un impuesto que debe pagar cualquier persona que sea dueña de una propiedad, sin importar el uso que se le dé, ya sea habitacional, comercial o industrial.
De los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los que menos recauda de este impuesto, con apenas el 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto, de acuerdo con los Estudios Económicos sobre México realizados por esta organización.
En comparación, en América Latina la recaudación es de 1.5 por ciento, mientras que el promedio de los países de la OCDE es de 1.9 por ciento.
El cálculo para el pago del predial se realiza con base en el valor del suelo, que depende de la ubicación del inmueble; y el valor de la construcción, que comprende el tipo de inmueble, el número de pisos, la superficie del terreno, la superficie de la construcción y la antigüedad del inmueble.
Impuesto predial: función principal
La función principal de este impuesto es generar recursos para que los gobiernos municipales puedan proveer servicios públicos a nivel local, tales como alumbrado, pavimentación, recolección de residuos, etcétera, explica el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En Ciudad de México, al cierre de diciembre de 2017, la recaudación de este impuesto fue de 15,055.1 millones de pesos, es decir, un crecimiento real anual de 4.3 por ciento. Para 2018, el gobierno de la capital espera recibir un ingreso de 15,397.46 millones de pesos.
Los beneficios de contribuir localmente mediante los esquemas fiscales de predial son múltiples, al observarse una recaudación más sólida entonces la calidad de los servicios municipales puede mejorar, destacó Leonardo González, analista de Real Estate de Propiedades.com.
“La coordinación entre las delegaciones y los comités vecinales derivan en una solución más ágil de los problemas barriales, los gobiernos locales también tienen una mayor autonomía y puede gestionar mejor a las zonas urbanas de la ciudad”, agregó el analista.
Por otro lado, Tanto en México, como en el mundo este impuesto se utiliza cada vez más como un instrumento para el desarrollo urbano, indica el IMCO en el artículo y añade: “Por ejemplo, al aplicar tasas de predial más altas para predios baldíos intraurbanos, los municipios pueden fomentar un modelo de ciudad compacta que haga un mejor uso de la infraestructura pública”.
En este sentido, González indicó que estos impuestos también son un instrumento que mejoran la confianza en las instituciones locales y los derechos de propiedad como garantía del estatus de habitabilidad de las viviendas en cada colonia de la ciudad.
Asimismo, la transaccionalidad de una propiedad mejora notablemente cuando esta no tiene adeudos prediales, su ficha catastral está actualizada y los usuarios conocen su normativa delegacional, concluyó el experto.