Según información de la BBC, esta criatura medía 1,70 metros, tenía una docena de garras que le salían de la cabeza y una cola que le permitía impulsarse bajo el agua. Los más de 15o fragmentos fueron encontrados bajo las aguas del río Iowa, en Estados Unidos, en el cráter dejado por un meteorito que antiguamente estaba cubierto por el mar.
Los autores del estudio, publicada en la revista BMC Evolution Biology, indican que este monstruo marino pertenece a una especie a la que denominaron Pentecopterus decorahensis, en honor a un antiguo barco de guerra griego cuya forma y comportamiento son similares a las de este animal.
El Pentecopterus habitó nuestro planeta hace 467 millones de años y es la especie más antigua conocida de euriptérido, unos depredadores extintos que, aunque se parecían a los cangrejos o las langostas, están relacionados con los arácnidos modernos.
A diferencia de los escorpiones de tierra, este animal no utilizaba su cola como aguijón sino que le servía para nadar y mantener el equilibrio.
“Esta nueva especie es increíblemente extraña. La forma de su paleta –la pata que usaba para nadar– es única, como lo es la forma de su cabeza (…) También es muy grande: más de un metro y medio de largo”, señaló James Lamsdell, investigador de la Universidad de Yale, en EE.UU., y autor principal del estudio.
Lamsdell explica que había otros escorpiones marinos de mayor tamaño en la misma época, pero estos se alimentaban de lo que hallaban en el fondo del mar y no eran los depredadores dominantes.
Los Pentecopterus no son vertebrados. Lo que se encontró fueron restos de exoesqueletos en un excelente estado de conservación. Su posterior análisis permitió a los investigadores recrear la forma y el movimiento del animal.
“Pudimos ver cómo las patas se articulan la una con la otra y cómo se habría movido (…) Se ven también muchos puntos de inserción de pelos”, dijo Lamsdell.
La forma de sus brazos que salen desde la cabeza revela también como esta criatura agarraba a su presa y la empujaba hacia su boca.
“Obviamente era un animal muy agresivo (…) Era un bicho enojado muy grande”, indica el investigador.
Fuente: BBC