“Un compromiso con el crecimiento de la economía de los Estados Unidos”, así califica Apple su decisión de manufacturar en su país natal su computadora de escritorio Mac Pro, equipo que fue presentado en junio pasado durante la Conferencia Mundial de Desarrolladores (WWDC) y que entrará en producción en breve.
De manera detallada, Apple indica que la fabricación de la nueva Mac Pro se llevará a cabo en su fábrica ubicada en Austin, Texas, lugar en donde, desde 2013, se ha llevado a cabo el ensamblaje del modelo anterior de esta computadora.
La empresa de la manzana remarca que esto ha sido posible mediante incentivos fiscales, específicamente la exclusión de algunos impuestos en algunos de los componentes de la Mac Pro.
Esto ha permitido a la firma de Cupertino hacer uso de componentes diseñados, desarrollados y manufacturados en más de una docena de empresas estadounidenses, como Intersil y ON Semiconductor, con lo cual el valor de los componentes de fabricación estadounidenses de la nueva generación de la Mac Pro es 2.5 mayor que la generación anterior.
Creemos profundamente en el poder de la innovación estadounidense. Por eso cada producto Apple está diseñado y desarrollado en los Estados Unidos y hecho con parte de 36 estados, apoyando 450 mil trabajos de proveedores estadounidenses, por lo cual continuaremos creciendo, expresa Tim Cook, CEO de la empresa.
Movimiento sorpresivo
The Verge reporta que esta decisión por parte de Apple es sorpresiva, principalmente porque medios como The Wall Streer Journal señalaban que la fabricación de la Mac Pro sería trasladada a China, donde obtendrían ventajas en materia de velocidad de ensamblaje y reducción de costos.
El sitio indica que la principal razón para mantener la producción en los Estados Unidos habrían sido los incentivos fiscales ya mencionados, con lo cual la firma de Cupertino se habría ahorrado una buena cantidad de dinero en materia de impuestos.
Cabe recordar que actualmente la relación comercial entre Estados Unidos y China se ha mantenido tensa por un largo tiempo, desembocando en acciones como el establecimiento, por parte de la administración de Donald Trump, de impuestos del 25% en computadoras provenientes del país asiático.