Los niños quieren ser youtubers y blogueros

Los niños quieren ser youtubers y blogueros

Los niños quieren ser youtubers y blogueros - ninos-youtuber-bloguero
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A pesar de que todavía son pocos quienes pueden llegar a ganarse la vida como youtubers o blogueros, los expertos auguran que a la larga esta actividad puede llegar a convertirse en una profesión. De hecho, ya figura como uno de los trabajos anhelados por los más jóvenes. En la encuesta ¿Qué quieres ser de grande?, publicada por la empresa de recursos humanos Adecco, aparecen en tercer lugar ser youtuber o bloguero, mientras que en años anteriores no era habitual en la clasificación. Ser youtuber, gamer o bloguero ya suman el 9 % de las preferencias del total de encuestados.

Hoy en día la mayoría todavía no pueden vivir solo de esto y necesitan otros trabajos, pero también es cierto que cada vez más los planes de marketing de las empresas los tienen en cuenta como uno de los canales donde puede hacerse publicidad y cada vez son más cotizados“, subraya el experto en marketing de influenciadores Òscar Cumí. Alrededor de algunos influenciadores ya se ha creado una red de negocio: agencias de representantes, personas que ayudan a hacer crecer el canal, que gestionan los ingresos, la agenda… “No solo habrá negocio para los influenciadores, sino para todos cuantos estén en esta cadena de valor“, afirma.

Además, a pesar de que el perfil de influenciadores y seguidores es relativamente joven, difícilmente el fenómeno tendrá fecha de caducidad. “Ha venido para quedarse“, asegura la directora del máster universitario en Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Elisenda Estanyol. México ocupa el tercer lugar a nivel global en consumo de video en YouTube, siendo el perfil del consumidor principalmente de millennials, personas entre 18 y 34 años de edad – Fuente: ComScore Futuro digital

Cualquier persona experta en un ámbito puede convertirse en un influenciador en la red“, destaca Estanyol. Además, según la experta de la UOC, uno de los requisitos que se exige a los líderes de opinión de hoy es la constancia en la red y tener capacidad de interactuar con la audiencia. Según el estudio “Social influence marketing and the brand-influecer-fan connection“, el 70 % de los influenciadores crean contenidos diarios en la red. Su presencia e influencia en las redes hace que puedan convertirse en prescriptores de una marca. Los anunciantes lo saben y cada vez se interesan más por introducir sus mensajes en sus canales.

Un mina para la publicidad

Ante este fenómeno, cada vez más las marcas fijan su atención en los influenciadores. “Su presencia e influencia en las redes hace que puedan convertirse en prescriptores de una marca, una herramienta útil para impactar en las audiencias de anunciantes de forma rentable“, destaca Cumí. “Sus opiniones y valoraciones generan más credibilidad que la publicidad“, añade Estanyol. Y más teniendo en cuenta que la mayoría de estos consumidores son millennials que no miran la televisión y a los que, por lo tanto, la publicidad tradicional no les llega.

Que un influencer tenga más o menos éxito depende de muchos factores. Según los expertos, tener un criterio propio, mostrar credibilidad, ser honestos con la audiencia y creer en aquello que se dice son algunos de los atributos que pueden hacerle ganar suscriptores. “Comparten un lenguaje y un código con sus seguidores, que los ven como un amigo y les dan más credibilidad que a un anunciante”, explica Estanyol. Por el contrario, copiar lo que puedan decir otros influenciadores, dar publicidad a una marca que no vaya ni con su personalidad ni con su carácter, hacer discursos despectivos o mostrar actitudes ofensivas o humillantes puede llevar a la pérdida de seguidores.

Es un campo que no está regulado y tenemos que esperar a que sean los seguidores quienes muestren su rechazo cuando hay prácticas poco éticas“, explica Estanyolm directora del máster universitario de la UOC y añade que a la larga habrá asociaciones profesionales que evitarán este tipo de comportamientos.

Sin embargo, estas campañas publicitarias no siempre son garantía de éxito. Cumí explica que “el gran error de las marcas es querer tratar a los influenciadores como si hicieran un anuncio tradicional, sin tener en cuenta su línea editorial ni el público al que se dirigen”, explica. “Si la marca quiere obligar a un youtuber a actuar de una determinada forma o le insta a adoptar un rol definido o una manera de comunicar que no le es propia, aquel anuncio será un fracaso, tanto para el influenciador, que perderá seguidores, como para la marca”, añade Cumí, que destaca que es muy importante que el anunciante conozca muy bien al influenciador con el que trabajará y su personalidad para que la campaña sea exitosa.

¿El fin de algunas profesiones?

La aparición de blogueros del campo de la moda como Yuya, que tiene 17 millones de seguidores en Youtube y 8 millones en Instagram, ¿Puede convertirse en una amenaza para profesionales que escriben en revistas de este tipo? “No necesariamente”, afirma Estanyol, que los ve como una posibilidad de transformación más que como un peligro. Aun así, algunas voces, como la prestigiosa revista de moda Vogue, se han mostrado críticas con el papel de las blogueras, a las que han llegado a calificar de patéticas. “Seguramente las ven como un peligro, una amenaza a su status quo como líderes de tendencia, pero estas no son las mejores formas de afrontar un nuevo paradigma que ha venido para quedarse“, subraya Cumí.