Hoy celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, una oportunidad para que las personas y organizaciones reflexionemos y evaluemos nuestros avances en la lucha contra la crisis climática.
Como es bien sabido, el balance es más que negativo. Existen múltiples artículos y literatura que demuestran que la debacle ambiental generada por nuestra especie ha llegado a niveles insostenibles. En este contexto, y como dijo Greta Thunberg, es claro que “No podemos resolver una crisis sin tratarla como una crisis”. Por ello, debemos aplicar este criterio a todos los ámbitos sociales y económicos, incluido el transporte, que es una de las principales fuentes de contaminantes. Necesitamos tomar medidas mucho más drásticas, y por tanto beneficiosas, que las que hemos tomado hasta ahora, especialmente en los países en desarrollo.
En ese sentido, las políticas para disminuir la contaminación anunciadas esta semana por la gobernadora Sheinbaum, entre las que se cuentan la estimulación del auto compartido, mejorar la gestión de estacionamientos y la creación de zonas de bajas emisiones, son extraordinariamente apropiadas.
Sin embargo, para que estas políticas tengan éxito, es necesario que vengan acompañadas de 2 elementos clave:
- Tecnologías que las hagan factibles de ejecutar por parte de la población y las empresas.
- Medidas de promoción y difusión que hagan que adoptarlas sea más fácil que no hacerlo.
Respecto a lo primero, la buena noticia es que las tecnologías ya existen. Tanto AllRide, empresa a la que pertenezco, como otras, hemos acumulado know how y desarrollado tecnologías que ya están disponibles y que hacen que compartir auto sea cada vez más fácil y seguro, haciendo de esta práctica algo factible de implementar a nivel masivo.
Respecto a lo segundo, comparto tres sugerencias de medidas para promover el uso más eficiente de autos y estacionamientos que solo aprovechando mejor recursos ya disponibles, pueden generar un alto impacto:
- Cargo por congestión/descuento por eficiencia: Ya existe experiencia en EE.UU. de pistas para “vehículos de alta ocupación” (HOV lanes por sus siglas en inglés). Estas son pistas destinadas a vehículos con dos o más pasajeros cuyo cumplimiento es permanentemente vigilado por la policía mediante patrullas o cámaras de vigilancia. Sin embargo, hay una manera de hacerlo que es mucho más económica para el gobierno y con mejores posibilidades de éxito ya que es mucho más fácil de implementar.
Apps como AllRide, que facilitan compartir viajes y costos entre personas que hacen una ruta similar, pueden también medir cuántos viajes comparte cada automovilista por periodo de tiempo. Esta información puede ser compartida con los concesionarios de autopistas urbanas de modo que al momento de generar las facturas, estos puedan aplicar cargos por congestión, o descuentos por uso eficiente, en rangos pre acordados con el Estado. Esto es muy simple y racional de aplicar, ya que premia a aquellos conductores que usan más eficientemente el espacio vial y cobra un aporte adicional – justificado- a aquellos conductores que aportan más al problema del tráfico. Además, es fácil de fiscalizar ya que se controla directamente a los proveedores de tecnología, que podemos aportar la data electrónicamente, sin necesidad de usar policías en la calle (que serían más útiles en otras labores de prevención del delito).
- Asignación de estacionamientos según ocupación del automóvil: Hoy lo común es que en los estacionamientos de empresas, universidades e instituciones públicas cada cajón tenga un solo beneficiario. Sin embargo, esto puede cambiar radicalmente. Como señalé en el punto anterior, en las apps de carpool podemos medir cuántos pasajeros lleva cada conductor por periodo de tiempo. Esta información podemos facilitarla a cada organización, a fin de que otorguen preferencia para estacionar a aquellos conductores que lleven a más compañeros. De esta forma el beneficio no es solo para la organización, que ahorra dinero reduciendo su necesidad de arrendar o construir estacionamientos, sino también sabemos, por data que hemos acumulado en nuestros años de experiencia, que puede aumentar el número de personas compartiendo auto en una organización en más de un 500%. El incentivo correcto, puede traer resultados sorprendentes.
- Digitalización servicios de autobuses: Uno de los factores que más desincentiva el uso del transporte público es la incertidumbre de los tiempos de viaje y más específicamente el no saber en cuánto tiempo pasará el próximo microbús o pesero. Si bien entre las iniciativas del gobierno está la renovación de flota e instalación de GPS, esto implicará una inversión de recursos importante, que aunque es totalmente necesaria, requerirá un tiempo considerable que los usuarios aún tendremos que esperar.
En el intertanto, las apps podemos suplir esa necesidad. En AllRide, por ejemplo, estamos iniciando un piloto con concesionarios de transporte público que permitirá que muy pronto usuarios puedan ver las rutas, paraderos y ubicación en tiempo real de muchos de los ramales del transporte público a un costo muy económico para los concesionarios y sin requerir recursos del gobierno. Esta tecnología no solo aumentará rápidamente el estándar de estos servicios, sino también está diseñada para hacer sinergia con las futuras tecnologías que implemente el gobierno de modo de agilizar su adopción.
En resumen, estas medidas de optimización de uso de autos, estacionamientos y buses, hacen que en menos espacio se muevan o estacionen igual o mayor número de personas, facilitando así la anhelada redistribución del espacio vial en beneficio de peatones, bicicletas y transporte público.
Como bien señala Greta Thunberg, “nos estamos quedando sin tiempo” y este tipo de medidas simples, baratas y sobretodo rápidas, nos permitirán ganar tiempo mientras implementamos las políticas de mediano y largo plazo que todos esperamos.