Considerada como una de las mujeres más influyentes en México y con gran impacto en la escena artística nacional e internacional, Lila Downs no se olvida de Oaxaca, la tierra que la vio nacer y crecer. Así, comparte a través de Airbnb un espacio increíble en el corazón de este hermoso estado, que resulta ideal para conocer más sobre las tradiciones mexicanas.
El mejor consejo para ser Anfitrión en Airbnb es hacer que la estancia se sienta como una experiencia local para los huéspedes, dejando que sea la propia gente de la comunidad la que apoye a los Anfitriones para llevar a cabo el servicio”, aconseja la cantante Lila Downs.
Entre risas, señala que, por muy obvio que parezca, el ser amable y brindar servicios de calidad -como buen Wifi, espacios limpios y agua caliente- son los aspectos básicos para ser un buen Anfitrión. “Tienes que ponerte en el lugar del huésped para brindarle lo que necesita para una estancia cómoda e inolvidable”.
Sin duda, la decoración es un aspecto primordial para que los huéspedes se sientan como en casa y conozcan más sobre la cultura local; Lila se ha encargado de darle vida a cada espacio a través de detalles textiles indígenas propios de la cultura mexicana; con muros que poseen un sello arquitectónico único, con una mezcla muy peculiar de tradición y construcción moderna. “Soy una persona a quien le gusta estar en espacios agradables; por lo que es muy importante para mí que mis huéspedes se sientan parte de Oaxaca y vean la belleza que uno percibe desde este lugar del mundo, de donde yo vengo”, comenta Lila.
Agrega que uno de los tips más importantes para ser un buen anfitrión es involucrarse en toda la experiencia del viajero, desde una buena comunicación al momento que realiza la reservación, hasta otorgarles recomendaciones para su estancia. “Como Anfitriones en Airbnb tenemos la oportunidad de aportar a las comunidades locales, involucrar a los residentes y construir puentes que impulsen las bellezas, pero también la actividad económica del destino. Ofrecer una estancia de calidad que cubra y supere las expectativas, cuidando cada detalle, y siempre invitando a ver más allá de las cuatro paredes donde los huéspedes se están quedando”.
Se encuentra a 15 minutos en automóvil del centro histórico de Oaxaca. Con capacidad de hasta 15 personas, cuenta con seis amplios dormitorios, cada uno con baño propio, y está rodeada de amenidades como jardín, alberca y acabados que retratan los colores mexicanos. Como dato curioso, este espacio fue el hogar de la intérprete de Paloma Negra y su familia durante muchos años.
Lila festeja con emoción las tradiciones mexicanas, por ejemplo, para Día de Muertos acostumbra reunirse con su familia y montar la ofrenda que rinde tributo a los santos difuntos. Este tipo de celebraciones resultan tan atractivas para visitantes de todas partes del mundo que se convierten en las ocasiones ideales para compartir espacios en Airbnb y generar ingresos extras, pues la gente quiere vivir de cerca el folclor y los colores de tan icónica tradición.
Otro consejo que Lila da a los anfitriones es recomendar actividades que le permitan a sus huéspedes conocer el destino que visitan a profundidad. Por ejemplo, en el caso de Oaxaca, ella siempre transmite que es indispensable invitarlos a dar un recorrido gastronómico en negocios locales considerando, por supuesto, el mole, el chile y el cacao, para disfrutar de la convivencia que se genera alrededor de la preparación de los platillos típicos mexicanos, pues son actividades sociales propias de la región. Destaca al chile como uno de sus ingredientes favoritos pues, por ejemplo, fue la inspiración de su canción “El Son del Chile Frito” al considerarlo “un símbolo que representa bien a México; incita tanto el lado positivo de las personas, pero también el aspecto más bravo, como la personalidad del mexicano”.
Sin duda, para la artista ser anfitriona ha sido una experiencia llena de satisfacciones que le ha permitido conocer gente interesante y diversa, desde grupos de sanadores hasta escritores, músicos y chefs de todo el mundo, sin olvidar a diseñadores, artistas plásticos, arquitectos y miembros de ONGs.
“Es una grata experiencia compartir tu casa con otras personas, darles un pedacito de ti y que te lo agradezcan; que aprecien el toque personal de diseño que hemos puesto en los espacios mientras ayudamos a promover el valor de las tradiciones de Oaxaca”, comenta mientras resalta que, durante el periodo de la pandemia, los ingresos que obtuvo al compartir su espacio a través de Airbnb le ayudaron económicamente cuando cesaron las actividades propias de la música, como los conciertos y las presentaciones en vivo.