El acceso y uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), especialmente del internet de banda ancha, es un habilitador indispensable para la incorporación de los distintos grupos poblacionales al crecimiento y desarrollo económico de México. La digitalización genera importantes beneficios y oportunidades para la población en diversos ámbitos como el laboral, la educación, salud, acceso a servicios e inclusión. Adicionalmente, el acceso a la información ha probado ser un catalizador de inclusión social y un habilitador de capacidades para aquellos que adoptan y usan estas tecnologías.
México aún cuenta con más de 20 millones de personas que carecen de internet; éste es un hecho que refleja el desafío que enfrentamos en materia de conectividad y la necesidad de definir una estrategia como parte de la política pública del Estado orientada a cerrar la denominada brecha digital, tanto por la vía del despliegue de infraestructura como por los mecanismos de apropiación por parte de la población.
En este contexto, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), el Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), la red de mujeres Conectadas y el medio de comunicación especializado ConsumoTIC, realizaron el foro ¿Cómo conectar a los desconectados? Recomendaciones para cerrar la brecha digital en México.
En el encuentro realizado el pasado 22 de octubre, académicos, funcionarios y representantes de la industria, se refirieron a la brecha digital como un fenómeno multifactorial que no solo restringe el desarrollo integral y pone límites a la productividad y expansión de la actividad económica, sino que también tiene el grave efecto de marginar a los grupos más vulnerables del país y mantener las brechas de desarrollo económico y social.
Al presentar el estudio “Cerrando la brecha digital en México: Una visión inside-out y outside-in de competencia y regulación”, Elisa Mariscal, directora de Global Economics Group, dijo que mientras el acceso al internet de banda ancha continúe siendo desigual, los beneficios seguirán limitados a los hogares de mayores ingresos; para el país esto significa que, en el largo plazo, la falta de oportunidades de conectividad seguirá profundizando desigualdades sociales.
Este estudio, realizado en coautoría con el Profesor Martin Cave y el economista Rubén Guerrero, contiene el diagnóstico más actualizado sobre brecha digital en México. Propone dividir al país en regiones para identificar las áreas con menor conectividad y enfocar los esfuerzos hacia la necesidad de inclusión de las comunidades más vulnerables. Son tres las regiones que el estudio distingue. Primero, regiones que ya cuentan con servicios digitales y de telecomunicaciones, y en las cuales los mercados han cumplido sus funciones de provisión de conectividad de manera eficiente y eficaz. Segundo, regiones que carecen completamente de los recursos de conectividad y que requieren de una estrategia para el despliegue y el desarrollo de mecanismos para la apropiación por parte de los grupos más vulnerables. Finalmente, una región en fase de transición que requiere de otros tipos de incentivos dirigidos hacia el fomento de la adopción de las herramientas que brinda el mundo digital y la conectividad del internet. De esta forma se busca eliminar las desventajas y ofrecer igualdad de oportunidades en conectividad.
María Elena Estavillo, presidenta de Conectadas y excomisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones, dijo que el cierre de la brecha digital sería de tal impacto que, al hacerlo, se reducirían diferencias sociales, económicas, de género y de acceso a oportunidades. El desafío es grande e implica la necesidad de contar con políticas públicas específicas y acciones concretas desde los sectores público y privado, entendiendo el contexto y los requerimientos de cada segmento de la población.
Claudia Jañez, presidenta del CEEG, dijo que en la economía digital México está obligado a impulsar la productividad apostando por la tecnología, la innovación y la competencia económica. “Está demostrado que en la última década países como Corea del Sur o Vietnam lograron reducir sus brechas económicas a partir del uso de la tecnología y el acceso a internet”.
Esfuerzos como el realizado en este foro muestran que la brecha digital es un fenómeno que involucra diversos factores; va más allá de simplemente desplegar infraestructura y abarca factores sociales complejos tales como la asequibilidad o la capacidad de adaptarse a nuevas tecnologías. Es necesario el trabajo conjunto y coordinado de todos los actores del ecosistema digital para el diseño de políticas públicas que detonen la inversión en infraestructura; promuevan la innovación y la competencia y, fomenten la adopción y uso de servicios digitales.