Microsoft ha confirmado una noticia más que les ha hecho retroceder en cuanto a Xbox One: Kinect ya no será obligatorio. La nueva consola funcionará hasta con el sensor desconectado; en un principio necesitaba estar al menos conectado obligatoriamente.
La noticia ha sido confirmada por Marc Whitten de Microsoft al sitio IGN: “La consola, como con el online, seguirá funcionando cuando la cámara no esté conectada”. Aun así el ejecutivo señala que los jugadores “se perderán” las funcionalidades compatibles con la cámara.
De esta manera Microsoft añade otro paso atrás a las políticas previamente implementadas con su consola y que atienden a las peticiones encarnizadas de los usuarios quienes no estaban conformes con lo que Microsoft estaba ofreciendo.
Xbox One llegará a las tiendas el próximo mes de noviembre por 499 dólares incluyendo el sensor Kinect. Este giro en las políticas de Microsoft abre el camino a una virtual versión de la consola sin Kinect de serie y más económica.