Este es el primer auto eléctrico en viajar desde el Polo Norte del Sur

Este es el primer auto eléctrico en viajar desde el Polo Norte del Sur

Algunas expediciones y viajes alrededor del mundo ponen a prueba al ser humano y a su propia tecnología. Ahora, Julie y Chris Ramsey, una pareja de exploradores, hicieron historia al viajar del Polo Norte al Polo Sur en un auto eléctrico. 

Según  el sitio web Electrek, se trata de un Nissan Ariya de tracción total que modificado ad hoc para hacer frente a las condiciones climatológicas extremas y carreteras inusuales.

El viaje de la misión ‘Pole to Pole’ duró 10 meses y recorrió 30 mil kilómetros, que comenzó en el helado Mar Ártico, en el Polo Norte Magnético, los llevó a recorrer los variados terrenos y condiciones de Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica antes de atravesar el continente más remoto del planeta para llegar al Polo Sur.

De punta a punta en un auto eléctrico

La expedición, denominada Pole to Pole EV, demostró que es posible recorrer más de 27.000 kilómetros, que es la distancia que separa ambos polos, en un coche eléctrico, aunque no sin tener más de un contratiempo por el camino y de tener que ingeniar sistemas y técnicas para poder hacer frente a las exigencias de la aventura.

En este caso, han conseguido llevar a cabo su aventura gracias a las modificaciones realizadas por la compañía Arctic Trucks, que sobre todo se ha centrado en reforzar su estructura, añadir equipamiento necesario para superar este reto e integrar unas ruedas de 39 pulgadas, creadas específicamente para la ocasión.

A través de largas distancias y toda clase de terrenos, el vehículo de expedición totalmente eléctrico, un Nissan Ariya con control a las cuatro ruedas e-4ORCE, ha superado las pruebas más duras a temperaturas extremas y grandes altitudes.

En las zonas ártica y antártica, la batería se recargó mediante una mezcla de paneles fotovoltaicos integrados y una miniturbina eólica de 5 kW, pero no se ocultó el uso de generadores diésel en momentos de extrema emergencia. 

Tuvieron que enfrentarse a la altitud superior a los 2.000 metros de la Antártida y a los fuertes vientos helados, con la solución de muros de nieve para crear una barrera al vehículo durante las paradas de carga.

Las condiciones meteorológicas extremas redujeron la autonomía del Nissan Ariya de los 435 kilómetros originales a unos 320 kilómetros.