Durante los últimos meses, el gobierno de los Estados Unidos ha manifestado la necesidad de poder desencriptar las bases de datos de las empresas a través de una ley que permita esta actividad. Sin embargo, recientemente el director del FBI, James Comey, dijo esta semana el Capitolio que no presionarán esta legislación, al menos no por ahora.
Esta decisión, no significa que Estados Unidos haya perdido el interés en conocer las comunicaciones cifradas de las empresas. El gobierno obligará a las compañías revelar sus datos cuando existan investigaciones penales o vinculadas al terrorismo de por medio.
“El gobierno ha decidido no buscar una solución legislativa ahora, pero tiene sentido continuar las conversaciones con la industria”, señaló el director del FBI, James Comey a The Washington Post.
Luego del atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos se inmiscuyó en la idea de descifrar y espiar a bajo una consigna “contra el terrorismo”. Los informes revelados por WikiLeaks y Edward Snowden dan cuenta justamente de este constante acoso del gobierno estadounidense a sus ciudadanos tanto dentro como fuera del país.
Ya han pasado 14 años desde el 9/11, pero el interés por tener el control de la información parece que no cesará. De aprobarse una ley como esa, la protección de la privacidad del consumidor podría estar en juego.
Fuente: FayerWayer