El Preolímpico de la CONCACAF y el futuro del Fútbol Femenil

El Preolímpico de la CONCACAF y el futuro del Fútbol Femenil

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USWNT 2016 Campeonas del Torneo Preolimpico de CONCACAF

Houston, Texas.  Al concluir el domingo pasado el torneo Preolímpico de Futbol Femenil de la CONCACAF, queda claro que aunque poco a poco se empiezan a ver avances en este deporte, las enormes disparidades socio-económicas siguen siendo un factor determinante entre los países que continuamente logran la clasificación a Juegos Olímpicos y los que se quedan en el camino.

Estados Unidos, actuales Campeonas del Mundo, han estado presentes en todas las ediciones de los Juegos Olímpicos, -desde la inclusión del fútbol femenil, apenas en 1996- y han obtenido cuatro medallas de oro y una de plata.  Canadá calificó por tercera ocasión consecutiva y su mejor actuación ha sido en Londres 2012, donde el equipo obtuvo medalla de bronce.

 

Del resto de los ocho equipos participantes en este torneo:  Costa Rica, Trinidad y Tobago, México, Guyana, Guatemala y Puerto Rico, solamente el equipo mexicano tiene experiencia olímpica luego de su calificación a Atenas 2004.

 

Aunque poco ha cambiado en los últimos ocho años desde que Estados Unidos y Canadá han dominado esta competencia, puesto que las primeras terminan con un récord de 5G-0E-0P y 23GF-0GC, y las segundas 4G-0E-1P y 24GF-3GC, y donde tuvimos 8 de 15 partidos con diferencia de cinco o más goles; si analizamos de cerca al resto de los equipos, podemos ver algunos avances a pesar de contar con presupuestos muy por debajo de los dos primeros lugares.  

 

En el caso de Guatemala y Puerto Rico, únicos equipos que no lograron ganar ningún partido, lo importante es que varias de sus jugadoras están ligadas ya a clubes con actividad constante y algunas tienen contratos en equipos profesionales extranjeros, como Ana Lucía Martínez que juega para el Rayo Vallecano de España.  En Puerto Rico le darán continuidad al entrenador Garabet  Avedissan para que siga su trabajo con la selección al menos hasta el 2018.

 

Guyana tuvo una gran actuación, tomando en cuenta que metieron su primer gol y consiguieron el primer triunfo en la historia con ese 2-1 ante Guatemala.  Mark Rodrigues, su entrenador, dijo que “ya se consideraban ganadores” puesto que “habían logrado avanzar el legado y la historia de este equipo.”  Todo esto a pesar de no contar con mucho tiempo de concentración, pero teniendo a doce de sus veinte jugadoras becadas en universidades o con contratos profesionales en Estados Unidos y Canadá.

 

México fué el equipo que más logró contener a Estados Unidos, puesto que perdió por la mínima diferencia con un gol obtenido luego de un penalti fantasma.  Desafortunadamente, luego perdió en otro partido apretado contra Costa Rica (2-1) y quedó fuera de semifinales.  El equipo mexicano cuenta con la ventaja de ser vecino de Estados Unidos y entonces, al haber jugadoras que quedan por debajo de las 20 elegidas para Selección Mayor del equipo Campeón del Mundo, pero que tienen doble nacionalidad, ellas deciden jugar para México en competencias internacionales.  El equipo cuenta con trece jugadoras activas en el extranjero con un gran nivel deportivo y se está mejorando la liga local, aunque la Dirección Técnica parece haberse estancado.

 

Trinidad y Tobago alcanzó la ronda de semifinales por segunda vez en 16 meses en un torneo importante de la CONCACAF, luego de que en 2014 hicieran una gran campaña recaudando fondos que les permitieron prepararse mejor y dar un salto del lugar 125 a estar dentro de las mejores 50 del mundo.  Su entrenador Richard Hood, dice que “siguen buscando fondos para impulsar su programa”, que “necesitan darle continuidad, jugar partidos internacionales, encontrar a las mejores jugadoras de su país y retenerlas en el programa.”  También enfatizó que necesitan mejorar mucho su liga y profesionalizarla, puesto que “el fútbol, la organización y las instalaciones son pobres.”

 

Costa Rica llegó también a semifinales dejando en evidencia su avance futbolístico, y con una generación joven donde sólo hay tres jugadoras por encima de los 29 años, su entrenadora Amelia Valverde dice que “seguirán cumpliendo las etapas del próximo ciclo olímpico y mundial” donde “han contado con el apoyo del país, la Federación y el cuerpo técnico para darle continuidad al proceso en conjunto con las selecciones menores.”  Valverde dijo que “la Selección Mayor tuvo 14 partidos internacionales, incluyendo partidos de preparación que nunca antes habían tenido” y que “aunque no son favoritas para ganar en CONCACAF, se están ganando un respeto en la zona.”  Todo esto gracias a que se les están destinando más recursos.

 

Canadá también ha demostrado sus avances futbolísticos.  Su entrenador, John Herdman, dijo: “considerando que Estados Unidos invierte alrededor de 20 millones de dólares en su programa y que tiene cuatro veces más jugadoras de donde escoger, pues sí, están por delante del resto de los equipos…  ¿qué tanto? no lo sé, pero es una realidad con la que hay que enfrentarse.”  En su desarrollo, el equipo canadiense estudió el proceso de éxito del equipo japonés -el cual obtuvo medalla de oro y de plata en los dos últimos Campeonatos Mundiales de FIFA-, y han ido creando su propio sistema exitoso que ya les otorgó una medalla olímpica.

 

Por último, al preguntarle a la entrenadora de Estados Unidos, Jill Ellis, cuáles consideraba que eran los principales factores de éxito para que su equipo fuera constantemente el número uno del mundo, dijo que su infraestructura y su organización eran vitales.  Además, cuentan con Selecciones Nacionales desde sub-14 que entrenan y compiten a nivel internacional con la misma filosofía y estándares de las Selecciones Mayores.  Ellis dice que “dentro de su país hay muchas mujeres jóvenes y niñas jugando” y que la Federación, desde que ella estaba entrenando las Selecciones Juveniles, “ha tratado de coordinar un esfuerzo generalizado poniendo la técnica como prioridad para todas las jugadoras juveniles dentro de un sistema muy muy competitivo puesto que el desarrollo a temprana edad es básico y donde la integración vertical es increíblemente importante.”  

 

Evidentemente, empezar a temprana edad enfatizando la técnica y logrando integración vertical entre las diferentes Selecciones Nacionales que compiten a nivel internacional, es el plan ideal al que aspiran muchos países.  Sin embargo, financiar un programa así es muy costoso.  Afortunadamente, el fútbol femenil va en ascenso y cada vez tiene más seguidores.  Tan sólo en la final de la pasada Copa del Mundo entre Estados Unidos y Japón, se estableció un nuevo récord de audiencia con más de 26 millones de espectadores.  

 

Gracias a esto, la FIFA finalmente está interesándose en apoyar directamente el desarrollo de éste deporte y el verano pasado publicó sus Directrices y programas de desarrollo del fútbol femenino de la FIFA 2015-2018, que tiene como objetivo “crear una plataforma sólida que garantice la estabilidad del fútbol femenino a largo plazo.”  La Asociación genera billones de dólares al año y tiene todos los recursos disponibles para lograr dicho objetivo.   Más allá de la desigualdad entre el apoyo económico que la FIFA otorga al fútbol femenil y varonil, tenemos la firme esperanza que los cambios en la Federación Internacional de Fútbol Asociación después de los escándalos de corrupción en los que se vió envuelta, ayuden a destinar recursos económicos y humanos para  poner en práctica estas directrices y así dejar un legado de mujeres más fuertes, felices y sanas que será benéfico para el deporte y para la sociedad en general.  Lo cierto es que vivimos en una época emocionante para el deporte femenil donde esperamos que éstas distancias que vimos en el pasado torneo Preolímpico de la CONCACAF, se vayan acortando por el bien de las competencias internacionales.

 

Por: Ana Carolina Cabral-Guillen. Síguela en Twitter: @carol_ana7