Luego de ser víctima de una estafa en 2013 que ocasionó el quiebre de su aceleradora de empresas, Felipe Leñero decidió que haría todo lo que estuviera en sus manos para que nadie más volviera a sufrir un fraude como del que fue víctima. Científico computacional de profesión, Leñero diseñó un sistema que permite firmar contratos y documentos utilizando la firma electrónica (eFirma), otorgándoles un mayor nivel de seguridad que con las firmas tradicionales, dando así nacimiento a la startup eFirma.
“Este sistema te permite ver con quién estás haciendo negocios, si es realmente quien dice ser y que no sean defraudadores”, aseguró Leñero. “Estamos trabajando para que eFirma sea la solución para empresas privadas, instituciones públicas y particulares, que estén mejor asegurados al momento de hacer negocios y optimizar sus tiempos”, agregó.
startup eFirma
Además del sector financiero, que puede beneficiarse de esta plataforma al identificar casos de robo, suplantación de identidad o aprobar solicitudes de crédito mediante este mecanismo, las empresas de cualquier rubro pueden apalancarse de esta tecnología para volver más eficientes sus procesos, afirmó Leñero.
De acuerdo con el fundador de eFirma, el servicio de firma electrónica también permite reducir los costos hasta en 95% en materia de logística, al evitar el proceso de envío de contratos físicos, pudiendo realizar todo el proceso de envío, recepción y firma de documentos en menos de un minuto y a través de la plataforma web.
Contratos de confidencialidad, de prestación de servicios, compraventa, así como contrataciones, pagarés y prácticamente cualquier tipo de documento o contrato celebrado entre privados, pueden firmarse y almacenarse en la plataforma de manera segura.
“Se pueden agilizar los procesos internos de las empresas o llevar un seguimiento más detallado de los procesos de logística, para que los administradores de la empresa tengan datos en tiempo real de en dónde se encuentra su carga, quién la autorizó y la recibió”, añadió el emprendedor.
Leñero resaltó la facilidad con la que se pueden hacer estos trámites, y explicó que basta con cargar el documento en línea, indicar los correos de los firmantes para que posteriormente firmen el documento con su firma electrónica, lo que lo libera para su almacenamiento en la nube, y posterior descarga o impresión.
“Una firma autógrafa es fácil de falsificar y se necesita entrar a un proceso de validación, con un perito que tiene que hacer varias comparaciones y tiene un tiempo de resolución muy alto”, observó Leñero. “En contraste, una firma electrónica la puedes validar en minutos, acelerando el proceso del comercio”.
El uso de la firma electrónica fue implementado por el gobierno mexicano en 2012 a través de la Ley de Firma Electrónica Avanzada, con la intención de consolidar las transacciones electrónicas y para que los ciudadanos puedan realizar trámites administrativos y gubernamentales a través de Internet. Desde su implementación, cualquiera que se integre al Registro Federal de Contribuyentes puede obtener su firma electrónica de manera fácil y gratuita.
Actualmente, la firma electrónica es utilizada en países como Japón, China, Australia, así como los miembros de la Unión Europea y 48 estados en Estados Unidos. De acuerdo con un estudio realizado por la firma de investigación Software Advice, las industrias financieras, de recursos humanos y legal, son algunas de las más beneficiadas de utilizar firma electrónica.