Las impresoras 3D son una tecnología muy lejana, siendo realistas para un usuario común pensar en ellas es algo utópico pero esto no impide que continúen su evolución en otros sectores en los que incluso sobrepasan por mucho la idea original, eso ha pasado con las impresoras 3D.
El bioprinting, básicamente es recrear cualquier tipo de órgano con células tomadas del mismo individuo dentro de hidrogel después de crear un modelo en capas y posteriormente enviarlo a la impresora 3D, donde la la máquina se encargará del resto del trabajo.
El Bioprinting podría ser uno de los adelantos más notables de la tecnología y la medicina de los últimos años, pues gracias a ella, se podría revolucionar el tema de los trasplantes de órganos o devolverle la esperanza a las personas que han perdido alguna extremidad o sean víctimas de accidentes como quemaduras.
Esta tecnología todavía no podría asegurar solucionar la problemática de las largas listas de candidatos a un trasplante, ya que al momentos es muy pero muy cara y tiene poco tiempo integrada al mundo de la investigación. Aunque existan ya avances y empresas como Organovo han apostado a la investigación y en algunos años la cantidad de personas muriendo por falta de un órgano sano podría ser menor, obvio siempre estará el factor económico.
Las ventajas de que el bioprinting siga creciendo y alejarse cada vez más de la ficción para convertirse en una alternativa real, son enormes, son de un valor incalculable pues significa que muchas personas podrán recuperar la vida que un día les fue arrebatada sin la necesidad de tener tratamientos largos y medicamentos costosos y claro, con mayores probabilidades de éxito.