Científicos mexicanos investigan biomateriales con nanofibras de polímeros para industria médica

Científicos mexicanos investigan biomateriales con nanofibras de polímeros para industria médica

Las nanofibras obtenidas por medio de la técnica conocida como electrohilado (“electrospinning”) tienen un alto potencial debido a que a partir de ellas pueden manufacturarse biosensores, prendas protectoras, dispositivos de filtración y liberación de medicamentos, así como soportes para el crecimiento de células y tejidos, entre otros. Lo anterior motivó a los científicos del Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) a trabajar en un proyecto para producirlas y darles una aplicación.

Científicos mexicanos investigan biomateriales con nanofibras de polímeros para industria médica - nanofibras

El equipo Biopolímeros y optoelectrónica molecular, del cual forma parte el doctor Jorge Romero García, han realizado un trabajo experimental con la finalidad de desarrollar biosensores para detectar sodio en soluciones fisiológicas (sangre, orina y saliva), así como membranas o parches cargadas con fármacos o enzimas que pueden ser útiles en la cicatrización de heridas, como el pie diabético.

“Hemos hecho estudios para la incorporación de antibióticos, enzimas y nanopartículas metálicas de plata y oro, entre otros compuestos, que se utilizan de forma cotidiana en el tratamiento de enfermedades comunes, así como crónico degenerativas. A otras membranas se les han adicionado fluorelenos, moléculas que pueden ser usadas en celdas voltaicas orgánicas que, junto con otros componentes como los oligomeros o polímeros fluorescentes y semiconductores, tienen la capacidad de captar la luz y convertirla en energía eléctrica”, señala.

De acuerdo con el investigador adscrito al Departamento de Materiales Avanzados, la presente tecnología se basa en el electrohilado de polímeros, procedimiento mediante el cual es posible fabricar las nanofibras con una amplia variedad de polímeros o materiales compuestos.

Para ello, un polímero disuelto en agua u otros disolventes orgánicos es forzado a salir por un orificio delgado, por ejemplo el de una aguja de una jeringa, a la que se le aplica un alto voltaje. En consecuencia, la solución electrificada es atraída por un colector metálico (que puede ser una placa de aluminio, cobre u otro metal), conectado a una polaridad diferente (tierra).

La expulsión de la disolución polimérica forma una corriente de chorro y en el trayecto se produce la evaporación del solvente dando lugar a la formación de fibras relativamente largas y con diámetros de tamaño nanométrico. De esta manera, las nanofibras van tapizando la superficie del colector, del que finalmente se puede separar una membrana no tejida.

“El electrohilado de nanofibras es una técnica muy generosa, versátil y con un potencial enorme de aplicaciones en diferentes áreas, como medicina, nanotecnología, electrónica, biotecnología e incluso agronomía. Hemos generado un conocimiento muy importante aquí en el centro que, eventualmente, podría derivar en otras aplicaciones, por ejemplo, la sustitución de tejidos humanos o la liberación controlada de fármacos, entre otros.”, subraya el doctor Romero García.

Cabe destacar que el grupo Biopolímeros y optoelectrónica molecular, al que también pertenecen los doctores Antonio Ledezma, Ivana Moggio y Eduardo Arias, inició esta línea de investigación en el año 2006, lo que convierte a los científicos del CIQA en pioneros a nivel nacional en este campo. Además, todo el conocimiento que han generado les ha permitido trabajar en colaboración con otros grupos nacionales, de Brasil y Europa.

Fuente: Agencia ID