Los datos se han convertido en una clave para los avances tecnológicos, sociales y culturales de la era digital, sobre todo para el diseño de servicios, programas y actividades comerciales en las ciudades, tal como se ha visto reflejado durante los momentos más álgidos de la pandemia de COVID-19 y ahora en un periodo de nueva normalidad.
Actualmente, el volumen de los datos que producimos superaría el tamaño de una galaxia si fueran puestos en el espacio exterior, de acuerdo con el estudio “Big data. El poder de los datos” de Bankinter.
“Sin duda, el uso de los datos se ha posicionado como una de las innovaciones que permite tomar decisiones en tiempo real con base en la información que genera un usuario mientras está conectado. En este proceso, gobiernos, empresas e instituciones deben aportar valor a partir de un uso responsable y un aprovechamiento para mejorar nuestras comunidades, sobre todo en épocas de crisis”, asegura Raymundo Sánchez, Gerente Regional de Carbyne, líder mundial en soluciones para la gestión inteligente de llamadas de emergencia en tiempo real.
Con esto en mente, el experto comparte 3 maneras en las que el uso de datos está ayudando a delinear mejores entornos a partir de la implementación de nuevas tecnologías:
- Data vs. COVID-19
El Big Data y su tratamiento mediante sistemas de Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning están siendo herramientas para enfrentar la pandemia de coronavirus alrededor del mundo. En algunos países se aplicaron para rastrear los movimientos de usuarios contagiados, a través de la telefonía móvil, tarjetas bancarias y cámaras de seguridad, entre otras fuentes, para tomar mejores medidas de control y aislamiento. Si bien en cada lugar funcionó de manera diferente, la privacidad de los usuarios debe ser garantizada con este tipo de plataformas.
En otra dimensión, la pandemia de COVID-19 es la enfermedad que más ha impulsado a la ciencia y la tecnología en un periodo tan corto. De acuerdo con la revista Science, de enero a mayo se publicaron más de 23 mil estudios sobre el virus y la cifra se duplica desde entonces cada 20 días. Por ello, organismos como el Instituto Allen de Estados Unidos crearon la base de datos CORD-19, proyecto que reúne y procesa todo lo publicado a partir de IA, para que cada científico acceda a las investigaciones más relevantes.
2. Seguridad ‘smart’
La atención de emergencias en la era post pandemia representa uno de los desafíos más importantes para las ciudades. Para hacer frente a este reto, plataformas como Carbyne han creado sinergias positivas y colaborativas para ayudar a los Centros de Emergencias 911 unificar el flujo continuo de data en tiempo real que permita reducir los tiempos de respuesta hasta en un 50%.
Lo que pocos conocen es que hoy en día, una llamada al 911 además de convertirse en videollamada, puede ser geolocalizada, pero además puede ser colaborativa, es decir, funcionalidades como la de Incident Conferencing de Carbyne permite que dos o más personas se conecten en tiempo-real con la persona que está reportando el incidente, y de esta forma tener a todo un equipo de trabajo enfocado en resolver un mismo problema, esto es algo completamente nuevo en la industria.
Esta tecnología, que pudiera pensarse exclusiva para países desarrollados, ya está disponible en México, y es, incluso, el primer país en toda latinoamérica donde se encuentra activa.
De esta manera, el personal en ruta recibe la mayor cantidad posible de información del usuario, como su ubicación precisa, datos médicos, demográficos, datos telemáticos de su automóvil e información adicional.
3. Ciudades inteligentes
Entre otros aspectos, una ciudad inteligente se define por la gestión eficiente de su movilidad, seguridad, gobierno, salud, medio ambiente y servicios a través de la tecnología. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, actualmente en México existen 4 casos de smart cities en desarrollo: Tequila y la Ciudad Creativa Digital, ambas en Jalisco; Smart, en Puebla y Maderas, en Queretaro. Básicamente, este tipo de urbes es impulsada por el big data e Internet de las Cosas (IoT) y se presentan como una tendencia alrededor del mundo.
Un análisis de Deloitte concluye que nuestro país es un terreno fértil para las ciudades inteligentes, debido a grandes pendientes como la seguridad y la movilidad, así como a la variedad de urbes con vocación turística que pueden impulsarse tecnológicamente. Se trata de un modelo benéfico con un efecto multiplicador, que en el contexto actual toma especial relevancia debido al potencial que tiene para mejorar la calidad de vida de las personas.
“Estamos frente a un momento parteaguas en el que los datos se vuelven cruciales para avanzar hacia un mejor futuro. Hoy, el poder del big data bien aprovechado se posiciona como una alternativa de uso público, privado, gubernamental y comercial que puede potenciar la sustentabilidad, riqueza y seguridad de las comunidades”, concluye Raymundo Sánchez.
Para obtener más información, visite carbyne9-1-1.com.