La inteligencia artificial (IA) está llegando a todas las empresas del mundo, uno de estos ejemplos es la industria sexual. Y es que en Alemania se abrió el primer burdel del mundo que emplea la IA y la realidad virtual para complacer a sus clientes.
En el prostíbulo llamado Cybrothel, hay habitaciones privadas que se pueden reservar por horas o durante toda la noche. Los asistentes podrán escoger su acompañante entre una gran variedad de personalidades, entre ellas destacan ‘Luna la vampira’, ‘Criss – travesti’ y ‘Kokeshi 2.0. – cyborg’.
Durante la experiencia, los clientes comparten con muñecas sexuales de tamaño real y pueden interactuar con ellas virtualmente con visores de realidad virtual.
Una experiencia virtual con muñecas reales
Cybrothel es el primero en el mundo en ofrecer servicios de este rubro con IA inmersiva. Mediante la realidad virtual, los clientes pueden sumergirse en la pornografía interactiva 4D con las muñecas.
Entre los servicios, el burdel permite chatear de forma gratuita con las muñecas. El chatbot, impulsado por IA, está especialmente diseñado para responder mensajes explícitos.
Los clientes pueden reservar habitaciones privadas escogiendo la permanencia en el lugar, las muñecas participantes, añadirles voz propia e incluso invitar a un compañero, con un costo extra.
Los planes van desde 69 hasta casi 500 euros, dependiendo de los servicios que incluya el usuario.
¿IA en un burdel?
Matthias Smetana, co-propietario del establecimiento, indicó que este es un espacio seguro para las personas que nunca han tenido contacto con el trabajo sexual.
“Si enfrentas ansiedad de rendimiento, esto no sucede en Cybrothel, ya que estás lidiando con juguetes sexuales, no humanos”, dijo a news.com.au.
Smetana asegura que el comercio sexual en Alemania está disminuyendo y que los clientes tradicionales se extinguirán en 15 años. Por ello, la industria está avanzando hacia la realidad virtual.
Los expertos advierten sobre el peligro del uso de la IA como sustituto de la intimidad humana. La somatóloga sexual Alice Child dijo al medio español La Vanguardia que evitar la vulnerabilidad inherente al sexo, podría privar a las personas de experiencias humanas profundas.