La lucha contra el cambio climático, causado por los cambios normales de la naturaleza y especialmente por aquellos atribuidos directa o indirectamente a la actividad humana, alterando la composición de la atmósfera mundial y la deforestación, proceso provocado generalmente al destruir la superficie forestal, principalmente debido a las talas o quemas realizadas por la industria maderera, así como para la obtención de suelo para la agricultura, minería y ganadería; así como en las condiciones climáticas, desertificación y también el desplazamiento de poblaciones indígenas; por lo que si no queremos terminar con nuestro planeta es importante implementar todo tipo de estrategias y programas educativos para conservar el medio ambiente.
No obstante, nos empeñamos en destruir por ignorancia, negligencia o avaricia nuestro medio ambiente. La naturaleza como siempre nos da su apoyo creando sus propios mecanismos de autodefensa, pues se ha encontrado unas plantas capaces de crecer en tierras áridas, donde casi ninguna otra especie podría sobrevivir y en vez de gastarle los nutrientes al suelo con su consumo, aporta toda clase de nutrientes que la transforman en un suelo fértil.
La Paulownia tormentosa, también conocido como kiri o árbol emperatriz, puede medir hasta 27 metros, tiene grandes hojas y coloridas flores; esta maravilla de planta de ornato, es originaria de China y ahí se popularizó como planta ornamental, extendiéndose a Europa en el siglo XIX; resiste a agresiones extremas, extenso calor, incluso fuego, pues regenera sus raíces y vasos de crecimiento, aun en terrenos casi estériles; por sus hojas ricas en Nitrógeno, aportan nutrientes al suelo al descomponerse y sus raíces previenen la erosión, absorbe diez veces más dióxido de Carbono (CO2) que cualquier otro árbol y libera grandes cantidades de oxígeno, lo que lo convierte en un aliado con gran potencial para luchar contra el cambio climático.
En el 2008, se inició en Texas un proyecto denominado “The Kiri Tree Revolution“, cuyo objetivo era plantar un millón de estos árboles para purificar el contaminado suelo de este estado norteamericano y lograr que vuelva a ser apto para el crecimiento de especies vegetales.
Este árbol, uno de los más resistentes del planeta, nos enseña una lección de supervivencia; que no estamos aquí para consumir y desperdiciar los recursos del planeta, sino para devolverle a la tierra lo que nos da. Si queremos recuperar nuestra tierra, debemos controlar dicha sobre explotación de los recursos y cuidar cada uno el medio ambiente, tal como hace el árbol del Kiri, uno a uno, con nuestros propios recursos y creando consciencia en los demás.
Visto en: ABC