Kaspersky Lab ha publicado su nuevo informe sobre el uso de navegadores web, el cual nos ilustra que la mayoría de los ciberataques actuales ocurren utilizando las vulnerabilidades en las aplicaciones del navegador web en sí o a través del uso de plugins desactualizados. Por lo tanto, es de suma importancia que los usuarios mantengan su navegador web actualizado, con los últimos parches de seguridad y nuevas funcionalidades de protección instaladas.
El estudio efectuado por Kaspersky Lab se realizó recabando información de distintos navegadores web que utilizan usuarios anónimos a través de Kaspersky Security Network durante el mes agosto de 2012. Para ello, se utilizó un programa que rastrea los hábitos de los consumidores en tiempo real entre diez millones de clientes en todo el mundo y de los cuales se extrae la siguiente información:
- El 23% de los usuarios utiliza versiones del navegador antiguas, creando enormes brechas en la seguridad de su dispositivo: el 14,5% dispone de la versión anterior, pero un 8,5% todavía utiliza versiones más obsoletas.
- Cuando se lanza la nueva versión de un navegador, se necesita más de un mes para que la mayoría de los usuarios hagan la actualización. Los cibercriminales son capaces de explotar vulnerabilidades conocidas del navegador en cuestión de horas.
- Internet Explorer es el navegador más popular (37,8% de los usuarios), seguido de cerca por Google Chrome (36,5%). Firefox está en tercer lugar con un 19,5%.
- La proporción de usuarios con la versión del navegador más reciente instalada (agosto de 2012) es del 80,2% en Internet Explorer; 79,2% en Chrome; 78,1% en Opera y 66,1% en Firefox.
- Los períodos de transición (tiempo requerido para cambiar a la versión más reciente): Chrome – 32 días; Opera – 30 días; Firefox – 27 días.
No cabe duda que este estudio expone la fehaciente necesidad de enseñanza y cultura por parte del usuario de Internet para mantenerse actualizado y protegido de amenazas que se basan en las deficiencias que su navegador web presente. Sin embargo los usuarios no son los únicos que deben tomar nota, sino que también las empresas también, ya que si se limita la capacidad de los empleados para instalar las actualizaciones, se corre el riego de que el uso de software obsoleto se convierta en una práctica común y potencialmente peligrosa, sobre todo en entornos empresariales.
Fuente: Kaspersky Lab