En un giro reciente de los acontecimientos, el Sindicato de Actores de Cine y la Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA) declararon una huelga formal en contra de la industria de los videojuegos.
La decisión fue tomada tras un periodo de negociaciones fallidas para establecer un contrato que abordará las implicaciones de los medios interactivos y la protección de los actores frente a la Inteligencia Artificial (IA).
Los actores expresaron su preocupación el 26 de julio, pero no fue hasta agosto que marcaron un punto de inflexión. Los artistas detuvieron el progreso de proyectos de videojuegos nuevos y en curso, tal como informa el portal The Verge.
- ¿Qué piden los actores a la industria de los videojuegos?
El sindicato SAG-AFTRA está en busca de establecer términos justos con un comité de editores de videojuegos, entre ellos Activision, Take-Two, Insomniac Games, WB Game, entre otros.
A pesar de haber alcanzado varios acuerdos preliminares, el tema de la protección ante la IA sigue siendo un obstáculo significativo, llevando a los artistas a iniciar la huelga formalmente.
Los actores extendieron su influencia en proyectos que llevan a cabo desde estudios independientes hasta los principales editores de juegos. - El núcleo de la disputa radica en la regulación de las réplicas digitales impulsadas por IA, afectando tanto a los intérpretes de voz como a los de movimiento.
Los actores están solicitando acuerdos concretos sobre el uso de IA generativa para crear actuaciones sin la necesidad de un aporte humano inicial.
SAG-AFTRA indica que existe una falta de consenso entre las empresas sobre qué tipo de intérprete debería recibir protección contra la IA. Inicialmente, la discusión se centraba en los actores de voz, excluyendo a los de movimiento.
Entre los acuerdos, las empresas consideraron regular solo en casos donde el artista pudiera ser identificado en la réplica digital resultante, lo que llevó las negociaciones a un estancamiento.
La última huelga de los actores de videojuegos fue en 2016 y se extendió por 11 meses. Los artistas consiguieron un aumento de sueldo, mejores garantías de seguridad y supervisión para prevenir el estrés vocal.