La siguiente información puede ser considerada SPOILERS si no has visto el final de Breaking Bad.
La policía se acerca, la cámara se aleja. Suena Baby Blue de Badfinger y Heisenberg sonríe. Ha aceptado su destino.
Esta semana se cumplió un año del final de una las series más icónicas en la cultura popular. El 29 de septiembre de 2013, Breaking Bad llegó a su fin dejando en los seguidores de Walter White un vacío sólo comparado al tamaño de su imperio de metanfetamina.
La serie creada por Vince Gilligan fue estrenada el 29 de enero de 2008 por la cadena norteamericana AMC. La primera temporada coincidió con la huelga de guionistas en Hollywood, por lo que se vio reducida a siete episodios pero esto no fue impedimento para que la serie se posicionara pronto como una de las favoritas del público, la crítica y múltiples premios.
Breaking Bad seguía la historia de Walter White, un profesor de química frustrado por su situación laboral y económica al que le es diagnosticado cáncer de pulmón inoperable, por lo que decide aliarse con su ex-alumno Jesse Pinkman para producir y vender metanfetamina en un intento de reunir dinero para pagar su tratamiento y asegurar el futuro de su familia.
Así, a lo largo de cinco temporadas vemos al patético profesor White convertirse en Heisenberg, el implacable señor de la droga.
Breaking Bad: Un fenómeno televisivo
Breaking Bad nos dejó algunos de los personajes más memorables de la televisión, desde Jesse Pinkman, el atormentado y malhablado drogadicto/traficante, hasta Saul Goodman, un cínico abogado al que resulta imposible odiar. Y fueron precisamente los personajes los que la convirtieron en una serie trepidante, altamente adictiva y repleta de momentos icónicos.
La novedosa cámara subjetiva, el uso de simbolismos y la incursión de flashforwards en la narrativa también contribuyeron a la identidad de una serie bastante peculiar.
Pero si algo hizo diferente a Breaking Bad, fueron los alocados elementos fácilmente identificables. Los Pollos Hermanos, una pizza en el techo, un oso de peluche, meta azul, una vieja caravana y fórmulas químicas rápidamente se convirtieron en mitología para los fans de la serie.
Ha pasado un año desde que nos despedimos de Heisenberg en ese inolvidable “Felina”. Un año desde que lo vimos por última vez en un laboratorio de metanfetamina, resignado a su destino, sin redención.
Tal vez nada pueda llenar el vacío que Breaking Bad dejó, pero los fans pueden consolarse con el spin-off de las serie “Better Call Saul” y con la certeza de que, tal como dice Badfinger en la canción final, Heisenberg obtuvo lo que se merecía.
Guess I got what I deserve