La Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS por sus siglas en Inglés), se reunió en Berlín en Octubre del año pasado para cambiar el nombre de la era que estamos viviendo en la actualidad, conocida durante los últimos 12,000 años como Holoceno (que significa “era totalmente reciente” o “completamente moderna”) por Antropoceno, que significa “era de los seres humanos”
La comisión de geólogos, biólogos, químicos, arqueólogos y antropólogos de universidades de todo el mundo se debaten sobre cual debería ser el suceso que marcaría la pauta del inicio del Antropoceno.
Una de las controversias que se generan en torno a la clasificación de una nueva era es su ubicación histórica, el momento en que comenzaría a considerarse su inicio pues, para algunos científicos sería ubicarlo a finales del siglo XVIII con la Revolución Industrial, mientras otros lo sitúan hace 8.000 años como resultado de la primera deforestación masiva para tierra cultivable y un tercer grupo pretende situarlo a partir del comienzo de la era nuclear; a diferencia del Holoceno el cual está bien determinado por la propia IUGS, como el último periodo de la era Cenozoica que abarca desde el final del Pleistoceno (aproximadamente 11.500 años) hasta la actualidad.
El nombre Antropoceno tiene sus antecedentes en el año 2000, cuando fue utilizado por vez primera dicho término por el científico Holandés Paul Crutzen, ganador del premio Nobel de Química, haciendo popular entre sus colegas el uso informal del nombre Antropoceno para referirse a nuestra era actual, y en consecuencia , se volvió un término común entre los medios de comunicación, hecho constatable ante la publicación de más de 500 estudios científicos recientes, en los cuales se usa el nombre de Antropoceno como referente de nuestra era actual.
La revista Science publicó que hace dos años, un prestigioso plantel de científicos nos advirtió sobre un colapso inminente e irreversible del medio ambiente, de seguir el rumbo actual de destrucción del planeta; algo similar, afirmaron otros expertos hace unos meses en la misma revista, al decir que el mundo se encuentra inmerso en su sexta extinción masiva; existen muchos ecologistas y científicos que opinan que la tierra está muriendo a consecuencia del uso y abuso de sustancias tóxicas que contaminan y destruyen nuestros ecosistemas, de la deforestación y erosión brutal de nuestros suelos, la acidificación de los océanos, el cambio climático y el calentamiento global, que han provocado la desaparición de tantas especies y que provocarán la última extinción masiva, la cual no sería causada por catástrofes naturales, sino por el paso del hombre industrializado sobre la tierra.
El modo de nombrar nuestras eras es importante, pero lo verdaderamente indiscutible e indispensable es cambiar radicalmente nuestro modo de vivir, regresar a los cultivos sanos, a la reforestación, a la purificación de las aguas y sobre todo, dejar de contaminar nuestro medio ambiente. Esto significaría la desaparición de la industria como la conocemos en la actualidad, la renovación de los recursos naturales, nuevos modos de utilizar la energía con recursos naturales y renovables no contaminantes, pero, esa tarea no corresponde solamente a los consumidores de productos, sino más bien a los industriales y a los gobiernos, quienes tendrían que cambiar las leyes y desaparecer los modos de producción contaminantes, reemplazándolos por modos no contaminantes, si en verdad quieren salvar al planeta de la destrucción que nosotros como especie estamos provocando.
Vía ABC