Luego de los diversos reportes de explosiones de teléfonos Galaxy Note 7 alrededor del mundo, Samsung ha decidido terminar con el problema de raíz y finalmente ha decidido finalizar la producción de este polémico smartphone, que vendría a competir con la séptima generación del iPhone.
Si bien apenas se detectaron los problemas en el equipo la compañía coreana procedió a lanzar un programa de sustitución, parece que incluso las unidades de reemplazo tienen este mismo riesgo, con nuevos casos en diversas partes del planeta. Al ser incapaz de ofrecer una solución concreta, la empresa coreana ha decidió parar definitivamente la producción.
Los efectos negativos del Galaxy Note 7 no sólo han sido en la imagen de Samsung, sino también en la parte económica: sus acciones en la Bolsa de Seoul cayeron un 8 por ciento, lo cual se traduce en 17 billones de dólares en valor de mercado. Pero donde sufrió mayores pérdidas fue en Londres, con pérdidas que llegan al 9.9 por ciento.
Parece que la cancelación de la producción del Galaxy Note 7 ya se veía venir. Reportes de teléfonos de reemplazo defectuosos en Estados Unidos y China, y la cancelación de ventas por parte de carriers como AT&T en los Estados Unidos y Telstra en Australia son claro ejemplo de que sólo era cuestión para que Samsung tomara esta decisión.
Como menciona Dan Baker, analista de la empresa Morningstar Inc., este movimiento no afecta solamente a Samsung o a la serie Note, sino también a los proveedores de los diversos componentes del equipo — memorias, pantallas y demás chips –. Añade que si las ventas del teléfono caen, las ventas de otras partes del negocio se verán afectadas; “es una espiral”, añade.
Con información de Bloomberg.