Ya van a cumplirse dos años de que Samsung nos sorprendió con el Galaxy S6 Edge y su pantalla doblemente curva. Al parecer, gracias al éxito repetido por el Galaxy S7 Edge habría llevado a la empresa coreana a centrarse en este tipo de diseño, ya que dejaría de lado las pantallas planas y produciría únicamente smartphones de gama alta con bordes curvos.
La tendencia de curvaturas en las pantallas, iniciada con el Note Edge y su único borde curvo, habría ganado mayor popularidad que las clásicas versiones planas de los Samsung Galaxy S, cosa que cayó de sorpresa a la empresa.
El jefe de la división móvil de la compañía, Dong.jin Koh, ha declarado que Samsung estaría considerando convertir el borde curvo de la familia Galaxy S una huella de identidad frente a sus competidores. Esto no es una decisión ya tomada, ya que la gigante asiática busca encontrar una experiencia de usuario diferenciadora con esta doble curvatura.
Una muestra del aumento de la popularidad de este tipo de paneles es el Galaxy Note 7, siendo el primer smartphone de la familia Note en contar con la doble pantalla curva y el único formato de pantalla que podremos encontrar en esta serie de Samsung. En su entonces, se rumoró que el fabricante se encontraba probando dos versiones, una con pantalla plana y otra con pantalla curva, con el fin de elegir una sola versión para lanzar al mercado.
Con información de SamMobile.