El título puede y suena escandaloso, ya que inmediatamente relacionamos la serie de comentarios que escuchamos en los medios tradicionales sobre los peligros de las redes sociales y en general del uso de Internet. Sin embargo, para nosotros que estamos a diario conviviendo y viviendo de y en ellos sabemos que estas situaciones no tienen en lo absoluto con el uso de Internet y sus aplicaciones.
La vida dária, el contexto social, familiar y escolar de las personas son más determinantes para que personas como Ross Langmead de 18 años tomara la decisión de quitarse la vida, el darlo a conocer por medio de Facebook es una acción distinta, digo antes las personas lo hacían en diarios o cartas y no por ello prohibieron el uso del papel o se le denunció a la tinta como promotor del suicidio u otras prácticas.
Creo que la palabra clave para cuando sabemos de este tipo de situaciones es el sentido común y el análisis sin caer es un estupor de comentarios discriminativos o sensacionalistas.
Lamentable situación sin duda la de Ross Langmead, sus amigos y familiares, pero no dejemos que notas alarmistas hagan que olvidemos que las redes sociales han servido para buenas causas.